La búsqueda del éxito como si la de El Dorado se tratase, es lo que nos lleva más de la mitad de nuestra vida a gastar todas nuestras energías y a consumir nuestro recurso más valioso, el tiempo.
No nos engañemos, queremos el éxito empresarial, lo ansiamos, lo perseguimos. Estamos inmersos en la gran carrera contra todos en aras de la victoria final y su recompensa, que no es otra cosa que aquellas casas con techos dorados que perseguía Martín Dávila cruzando de Este a Oeste territorio americano en ORO de Arturo Pérez Reverte.
¿Cuántos han caído en el camino? ¿Dónde queda ese potencial? Pocos se acuerdan de ellos.
Bueno, me voy a venir un poco abajo que creo que he empezado muy fuerte, ¿no es así?, entonces ¿por qué estás dispuesto a perderlo todo por defender una idea? Créeme, te hago estás preguntas sabiendo las respuestas, y porque yo soy uno de los que cayeron en su primer intento.
En ADN Emprendedor Magazine entendemos que es muy importante recuperar a los miles de emprendedores que no tuvieron suerte en sus proyectos, entendemos que esa experiencia de vida es en sí un valor y que por ende es el buen camino hacia la segunda oportunidad.
Hacer que esas personas trabajen como castigo en lugares donde no se desarrollan, solo por el hecho de no poder articular una segunda oportunidad de negocio, es un martirio profesional. Y todo por cometer el pecado de querer ser empresario y tener su propia vida profesional.
En un país dónde se prioriza al funcionariado y se castiga al emprendedor fracasado, hace ver qué clase de sociedad somos, donde el empresario fracasado es arrinconado y señalado. Aquí nos enorgullecemos de nuestros intentos todos, los válidos y los fallidos, por eso somos especiales. Tenemos un ADN distinto y esa es la palabra de este número de nuestro magazine de diciembre. Como decía nuestro Premio Nobel, Juan Ramón Jiménez, esto va dedicado a los “DISTINTOS”.
Nuestro equipo de redactores.

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Editorial
Es un placer volverles a presentar una nueva edición de ADN Emprendedor, en esta ocasión, si hay una palabra que puede unificar o hacer de nexo entre todos los perfiles que os traemos, sería PERSEVERANCIA.
Es una gran palabra que conlleva un sobre esfuerzo y que da a entender por todo lo que nuestros emprendedores han pasado. Porque esto de emprender lejos de parecer un camino de rosas, es más bien un camino de vida por el que transitamos en nuestras diferentes fases de nuestra personalidad. No somos los mismos en nuestras diferentes fases, por eso, nuestros pensamientos e ideas también evolucionan o simplemente…cambian.
Lo importante de todo y quizá la lección que de esta edición.
Una vez me dijo un amigo mío que me encontraba distinto, “tú te has hecho algo” me dijo. Entre risas le dije que no, que ese filtro que el veía era tan solo un estado anímico, que lo que él veía era simplemente el mejor de los estados, la felicidad.
Ya tocaba, tras un desierto de 5 años de concurso de acreedores y de sufrimiento por la mala experiencia del cierre de mi empresa. “La persona se destruye” le llegué a decir a mi abogado aquel primer día que lo conocí en su despacho. Tenía delante suyo a un desecho humano, una persona derrotada y a la que le esperaba un calvario en el cierre programado.