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Fco Javier Gómez Barroso. Abogado

En Entrevista, Legal, Opinión
junio 04, 2022

¿Tienes un momento Fran…?.

Quien mejor que nuestro propio abogado para que nos hable acerca de los cada vez más recurrentes “concursos de acreedores”

Estar en manos de Francisco Javier Gómez Barroso es estar…tranquilos.

 En general, cuando una persona acude a tu despacho en una primera toma de contacto para iniciar un posible concurso de acreedores, ¿Cuáles son las primeras dudas que les surge al respecto?.

Asesorar empresarios ante una situación de crisis es un reto para cualquier abogado. Normalmente quieren salvar la empresa, pero no a cualquier precio.

Su preocupación suele empezar por cómo cumplir con la legalidad y con los compromisos contractuales en vigor, sea con trabajadores, clientes y proveedores de servicios y suministros, etc, y le sigue muy de cerca, si es el caso, el efecto que tendrá el concurso sobre los avalistas personales y las garantías prestadas por quienes confiaron en él y en la empresa.

A partir de ahí se amontonan las preguntas sobre hitos del procedimiento, la responsabilidad frente a la sociedad o frente a los acreedores, y las consecuencias personales para el empresario (imagen personal, riesgo de pérdidas patrimoniales, etc).

No se acabará la primera reunión sin preguntar cómo veo el final del concurso, cuánto costará y si podrá salvarse la empresa y continuar, o, si su intención es cerrar, cuánto tardará todo eso.

Las dudas de las personas físicas no empresarias y autónomos vienen a ser similares, aunque la estrella de las consultas es si salvarán la vivienda y los efectos sobre los avalistas.

¿Se tiene un mal concepto en España de la ley de la segunda oportunidad?

Diría que los males de la segunda oportunidad en España son básicamente los mismos que los de la Justicia: el desconocimiento y la desconfianza.  

¿Cuáles son los tiempos en un proceso de este tipo?

Teóricamente el procedimiento está sujeto a plazos, pero lo normal es que no puedan cumplirse por la carga de trabajo que acumulan los Juzgados.

Además, influirá si con el concurso se prioriza una liquidación ordenada o la continuidad de la actividad empresarial, el número de acreedores, la facilidad de realización de los activos y de transmisión de unidades productivas y, como suele decirse, el Juzgado que te toque. He conocido casos de concursos de empresas terminados en seis meses y otros en los que no he acabado en siete, ocho y hasta diez años.

¿Qué cosas cambiarías de los llamados concursos de acreedores?

Me adapto a la norma que tengo y procuro dar respuestas en el marco legal en que me desenvuelvo.

¿Qué cambios notas en las personas a medida que su concurso avanza?

Cuando el procedimiento se atasca, el tiempo hace mella, desgasta y cunde la desconfianza y la desesperanza. Si cursa con normalidad, el concursado se alivia y lo afronta con optimismo.

¿Cuál es tu consejo para una persona que quiere tiene pensado un cierre responsable de una empresa?

Que lo haga, que consulte y se ponga en manos de un abogado en quien confíe y que colabore decididamente con él y con la Administración Concursal.

Por tu despacho han pasado muchos empresarios de muchos sectores, ¿Qué tienen en común todos ellos?

 Todos tienen miedo a lo desconocido y todos han sido valientes.