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Bienvenidos al Metaverso

En Revista, Tecnología
abril 26, 2022

Bienvenidos al Metaverso, donde tú puedes ser lo que quieras ser

Según el último informe de Bloomberg Intelligence,

el metaverso supone actualmente una oportunidad de negocio de 500.000 millones de dólares y podría ascender a 2,5 billones en 2030 

En 1991 nació la primera página web. Cuando internet llegó a las masas, allá por 1993, sólo contaba con 100 world wibe sites. Pocos después, en 1997 ya eran más de 200.000.  

Un ejemplo de su impacto es el que relata “Tu de marketing digital” (Mau Santambrosio y Patricia de Andrés), donde nos cuentan que, antes de internet, la Enciclopedia Británica, compuesta de 32 volúmenes, con un coste de 1.400 dólares, vendía, sólo en EEUU, unas 100.000 unidades al año. Tras irrumpir internet, las ventas cayeron a 3.000. 

En 2012, la compañía anunció el final de 244 años de distribución en papel. Su impresión representaba sólo el 1% del negocio. Su readaptación hacia lo digital transformó la compañía, que lleva 9 años dando beneficio. 

Según el informe Digital 2021 (We Are Social y Hootsuite) en el mundo hay unos 4.660 millones de usuarios de internet, el 59,5 % de la población, y esta cifra está creciendo. 

Internet cambió las relaciones y la vida. Surgieron nuevos modelos de negocio, nuevos nichos e incluso nuevas profesiones. Los que supieron aprovechar la nueva tecnología crecieron a gran velocidad y se convirtieron en lideres del mercado.  

Desde la transacción de dominios hasta el desarrollo de tecnologías interconectadas, internet ha generado importantes beneficios. Según Statista Digital Market Outlook, durante 2021 el comercio digital dirigido a consumidor final movilizó cerca de 3,3 billones de dólares y se espera alcanzar los 4,2 en 2025.

Pero las buenas historias siempre albergan algo más. En 1992, Neal Stephenson, introdujo lo que llamó Metaverso, basándose en lao que William Gibson, en su cuento ‘Quemando cromo’ denominó el ciberespacio. Su obra “Snow Crash” es la primera referencia a este concepto, describiéndolo como una zona virtual en tres dimensiones en la que los humanos, representados por avatares, interaccionan de diversos modos. 

En 2003, Linden Lab trató de hacerlo real creando Second Life, un mundo virtual donde los avatares pueden interactuar estableciendo relaciones sociales, participando en actividades e incluso comerciando con propiedades virtuales y servicios. Una idea brillante sin éxito, probablemente porque apareció demasiado pronto. 

Años más tarde, con la aparición del blockchain, las criptomonedas y la evolución de la web hacia lo que será web3.0, el metaverso cobra más sentido que nunca. 

El contexto actual es muy diferente que en 2003.  

La pandemia de Covid19 nos empujó a casa y nos obligó a digitalizarnos, a buscar nuevas maneras de relacionarnos, de compartir tiempo y disfrutar experiencias. El desarrollo de la tecnología gráfica y la capacidad y velocidad de procesado de las redes de comunicaciones surge el caldo de cultivo idóneo para los multiversos digitales, entendidos como la colección de metaversos digitales que pueden interoperar, están abiertos a la creatividad y co-creación de los usuarios y no cuentan con limitaciones físicas. 

Como toda nueva tecnología no está exenta de polémica ni de guerras de poder, pero, esta vez, la evolución hacia la descentralización del control, gracias a blockchain, apunta a la mayor revolución global desde el fuego o internet. 

Sergio Colado.

En el metaverso ya se están vendiendo propiedades, parcelas, artículos de decoración, ropa, vehículos, para personalizar nuestro espacio digital sin barreras. 

La experiencia en línea está rompiendo la frontera que la separa de la vida real y la inmersión compartida nos transporta a un nuevo mundo donde artistas como Ariadna Grande, Justin Bieber o Travis Scott, entre otros, ya han entrado con fuerza.  

Museos, cines incluso bancos están en el metaverso, ofreciendo servicios y productos digitales a medida del usuario. 

Pero lo digital y física pueden encontrar un punto medio, como exploran ya algunas compañías, vistiendo a personajes de Fornite de Balenciaga o de Minecraft de Nike y trasladando los productos estrella al mundo físico, totalmente personalizados. 

Zara, Gucci, Balenciaga, Louis Vuitton, Adidas, Nike, pero también Nissan, BMW, Coca-Cola o Shoteby´s son sólo algunos ejemplos de compañías que ya están en el Metaverso.  

Tal vez la generación Baby Boomer no lo vea claro, pero nuestros hijos, sobrinos y nietos están apostando no por un mundo sino por múltiples universos posibles basados en el metaverso, donde puedan realmente cambiar las cosas a su gusto, una poderosa arma en tiempos donde la incertidumbre de un futuro sin opciones coge cada vez más fuerza.