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PORTUGAL. Tan lejos, tan cerca.

100 Pesetas = 120 Escudos

Es inexplicable la separación social que existe entre los dos países peninsulares. Los que vivimos en la parte fronteriza de España con Portugal desde el sur, sabemos que el beneficio de tener un libre comercio a igualdad de condiciones entre ambas naciones, es a mi modo de ver, necesario y más aun obligatorio.

Un mercado portugués del que en tiempos se supieron posicionar muy bien las empresas inglesas, y que ofrece hoy en día, una estimulante relajación fiscal para las compañías que quieran pasarse al otro lado de la frontera. De sobra es sabido el ascenso de las empresas españolas que comparten mercado con las lusas y viceversa.

Portugal es la salida amplia al Atlántico y España es la tierra de paso hacia Europa. Pero para ser sinceros, la primera barrera que hay que derribar es el histórico recelo que ambos países se han tenido aun siendo hermanos. Ya lo dijo el Sr.Moreira, alcalde de Oporto, cuando manifestó aquello de que España y Portugal deberían unirse en un nuevo ente al estilo del Benelux. Incluso le puso nombre a esa anhelada unión, el Iberolux.

Carnet por puntos en Portugal

Una ambiciosa apuesta por fraternizar las relaciones comerciales y sociales entre dos países vecinos. No tiene sentido alguno que obviemos esa unión, es natural y al mismo tiempo consanguínea.

En un país donde nos esforzamos por diferenciarnos internamente, la salida portuguesa, es para las regiones que no tenemos dobles lenguas en los carteles de los aeropuertos, una imperiosa necesidad. Pero claro, si vivimos en un país donde internamente se quiere la independencia fiscal entre comunidades autónomas, qué podemos esperar. Sinceramente, hay autonomías que ven a Portugal igual de lejos que Guinea Bisáu.

No obstante, al igual que es ya común ver la lista de ingredientes de los productos del super en ambos idiomas, la equidad fiscal y los tratados comerciales lejos de ser inicuos entre ambos, deben ser inocuos por el bien de los dos. Y quien sabe, si es el inicio de una ilusionante unión.

De acuerdo con las estadísticas del ICEX disponibles, existen 2.200 empresas españolas establecidas en Portugal, mientras que son cerca de 400 las empresas portuguesas presentes en España. A veces, hay que ver más allá de donde se mira, y en este caso la mirada habría que afinarla con las gafas de ver de cerca.

Lo que más me llama la atención y me reafirma en la distancia entre España y Portugal estando tan cerca, es el dato de inmigración en Portugal.  España es el cuarto país con más inmigrantes en tierras Lusas con 16112 habitantes. Encabeza esa lista Reino Unido con 18.695 ciudadanos.

¿De verdad?

Mi visión con respecto a Portugal no es objetiva, puesto que mi lugar de nacimiento es fronterizo y en el recuerdo de niñez, en aquella época, en la que aún existían los escudos y las pesetas como monedas oficiales, la diferencia entre un país y otro, a ambos lados del Guadiana, se basaba en la desconfianza de ellos y el desconocimiento de nosotros.

Tan cerca y tan lejos, tan iguales y tan distintos, el símil Hispano-luso, es el ejemplo de una familia de padres divorciados con el reparto de la patria potestad de lo hijos, quienes ya con mayoría de edad, siguen sin conocerse por orgullo de sus padres.

Portugal es la pieza del puzzle que se me perdió y que mi madre guardó en la bolsa de los juguetes rotos. Aún recuerdo cuando pintaba el mapa de España con Portugal dentro, a Portugal no se le conquista por la fuerza, a Portugal se le quiere, y luego ya hablamos.

Ahora más que nunca, Bem-vindo Portugal.

 

 

 

 

 

 

Jero Valladolid

CEO ADN Emprendedor.